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Elena Oliveras

Partiendo de la base de que todo es “realidad virtual”, podemos preguntar ¿la realidad es virtual? ¿No será esto una contradicción? La expresión suena extraña, como extraña es la figura de un oxímoron, lo que la extrañeza no es aqui poética sino teórica y, además conciliatoria, por cuanto la contradicción queda superada. Lo real, tal como lo entendemos hoy, no es lo opuesto de lo virtual.

Desde el momento en que miro algo, lo “real” desaparece. Ninguna certeza; ningún “grado cero”. El dato “objetivo” de una supuesta “res extensa” invariable se anula, en función del ángulo de visión, como también de la memoria y la aptitud estética que hace que, algunos vean más de lo que otros ven, más allá de los “lugares evidentes”.

(...) Ya no contamos con la cómoda acepción filosófica de lo real como acto y lo virtual como potencia (ontológicamente inferior). Virtual es ahora lo que constituye a lo real, lo que “firma su disolución”.

En este sentido lo virtual seria ontológicamente más real porque el señalamiento – y la muerte_ de éste depende de aquél y no  la inversa.

La tan contrastada oposición entre una sustancia-espíritu y una substancia-materia no puede explicar ya nuestra relación con el mundo. Y así como el cuerpo se encuentra cada vez más mediatizado por la medicina el deporte, las performances en general, no es difícil imaginar que el receptor de la obra de arte, pueda unirse a la maquina formando con ella una especie de circuito cerrado. Echeverría prefiere hablar de “realidad expandida”, mas que de realidad virtual para hacer referencia a la realidad de un cuerpo que se prolonga en la maquina (203, pag.21), un cuerpo que siente como propias las extensionestecnológicas del sistema nervioso central en forma de redes globales de telecomunicación. Es parte de esa “realidad expandida” el cuerpo biotecnológicamente modificado que recibe corazones artificiales, marcapasos, y que no cesa de extenderse en prótesis dentales, lentes de contacto, implantes. Y es también “realidad expandida” el cuerpo que busca hacerse uno con el automóvil para sentir el vértigo de la velocidad.

(…) Y si el siglo XIX vio la llegada del vehículo automóvil, el siglo XX ve la llegada de la computadora, de ese vehículo audiovisual ”estático “sustituto de nuestros desplazamientos físicos y prolongación de la inercia domiciliaria que verá, al fin, el triunfo definitivo del sedentarismo, esta vez de un sedentarismo definitivo”, sostiene Virilio(1989,pag.39)

 

*Real –virtual Estética y Teoria del Arte  (compilador: Simon Marchan Fiz) Paidos España 2006.

 Extrato del articulo de Elena Oliveras, paginas 196, 197, 204, 210

 

Real /Virtual 
Arte desde la pantalla: La imagen de síntesis del net art*

Gustavo Romano   LogOmatic

Performance electrónica 2000

Interactivo controlado por ordenador,

sensor megáfono, monitor. 60x60x220 cm

El objeto compuesto por la campana de un altavoz y un prisma de madera en cuyo interior se han colocado un monitor, un ordenador y un parlante, está ubicado contra una de las paredes de la sala.
Un sensor registra el paso de los espectadores y activa el programa "LogOmatic".
Este consiste en una sucesión de fonemas que se genera automáticamente y en secuencia aleatoria cada vez que registren los sensores la presencia de algún espectador.

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