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* Néstor García Canclini: "Google es más poderoso que las cadenas de tv o las discográficas"

Invitado al Congreso de Comunicación de La Plata, el intelectual explicó de qué se trata el nuevo“prosumidor”,un consumidor de símbolos más activo que puso en jaque las corporaciones tradicionalesy sembró el terreno para la aparición de otras.

Es común, cuando se presenta a un entrevistado, mencionar sus títulos y los campos disciplinares en los que se ha desempeñado. En el caso de Néstor García Canclini, el arco que traza esta formación da la clave de su trabajo aún hoy, que combina la producción y manipulación de datos económicos y socioculturales a escala local y global –propios de la mejor sociología o antropología– con una interpretación hermenéutica que se nutre tanto de la filosofía como de la teoría social y las reflexiones en el campo del arte. Su trabajo es un buen ejemplo de los resultados que se pueden obtener al poner en diálogo los análisis textuales con los estudios sobre la economía de la cultura.

Su reciente visita al país adquirió un cariz emotivo, ya que además de participar en el último Congreso de Comunicación que se realizó en la facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata, fue nombrado profesor consulto por las autoridades de la Facultad de Bellas Artes, junto con el artista plástico Juan Carlos Romero. “Es una reparación –dice García Canclini– porque fuimos expulsados en el año 75 sin reconocernos derechos, a pesar de que estábamos concursados. Que la gestión actual de la facultad nos llame para colaborar, para nosotros es un acto de justicia”.

En la conferencia con la que inauguró el congreso, desarrolló una de esas categorías destinadas a impactar en la reflexión sobre la comunicación y la cultura contemporáneas: el concepto de “prosumidor” en un cambio del estatuto del consumidor de símbolos. Una figura que, en la estela tanto de las teorías de la recepción como de las prácticas que promueven las nuevas tecnologías, deja de pensarse como un sujeto pasivo, víctima del bombardeo mediático-informacional, para ser concebido como un actor que puede modificar y resignificar los mensajes.

¿Cómo aparece la noción de “prosumidor”?

La noción de prosumidor apareció en la última década a partir de que en muchos procesos culturales y comunicacionales ya no se ve el circuito secuenciado de producción, circulación y consumo, sino que hay una cierta circularidad descentrada en la que los que reciben un mensaje y son consumidores pueden modificarlo, reintroducirlo en las redes o ponerlo en otro lugar. El arte y la publicidad lo han hecho a lo largo del siglo XX, pero las tecnologías recientes han permitido que todos nos podamos convertir virtualmente en “prosumidores”, en generadores de transformaciones de los mensajes que circulan. En su libro Post producción, Nicolás Bourriaud analiza obras de artistas contemporáneos que producen a partir de reciclajes, “remixeos” de lo que han hecho otros. El DJ sería un ejemplo típico.

 

¿Qué efectos puede tener esta nueva configuración en el ámbito de la producción cultural?
Las políticas fueron pensadas como oferta o democratización de obras preexistentes. Hoy, los modos de circulación de la cultura hacen que no haya esta precedencia de la creación sobre la comunicación y la recepción. Muchas creaciones artísticas son, a su vez, relecturas, remixeos. Por otro lado, los que estábamos destinados al papel de espectadores o lectores, aparecemos como re-configuradores, recreadores. Por supuesto que esto tiene muchos antecedentes: cuando Macedonio Fernández colocó 56 prólogos a una de sus novelas, estaba tratando de anticiparse a lo que iban a hacer los lectores. Pero hoy este procedimiento experimental está instalado en los modos de circulación de la cultura.

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