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Volverse público, de Boris Groys

Artistas reales y artistas virtuales, categorías difusas en la era digital

 

Criado y educado en el mundo comunista previo a la caída del Muro de Berlín, el filósofo alemán dedica su último libro, recientemente publicado por la editorial Caja Negra, al intento de entender de qué manera se entrelazan arte e Internet.

*Nicolás Mavrakis.

 

"La gente está vigilada por la mirada algorítmica"

Autor de ensayos como Sobre lo nuevo:

ensayo de una economía cultural (2005) y Obra de

arte total Stalin (2008), BorisGroys (Alemania,

1947) es uno de los pensadoresmás interesantes

para pensar la forma en que el arte y la cultura

contemporáneas funcionan en –y a través de–

nuevas instituciones públicas y privadas como

Internet, pero también la forma en que disciplinas

ligadas a la producción simbólica como la curaduría

de arte necesitan readaptarse a las ofertas y

exigencias de una nueva época. Desde los medios

materialesque sostienen la red tecnológica que llamamos internet, hasta la forma en que esos soportes repercuten en la economía digital y en los modos en que los usuarios pueden interactuar entre sí y pensar el sentido de sus producciones artísticas, Groys abre el abanico de análisis y discusión para redefinir qué es hoy la cultura de masas y cuál es su vínculo con la tradición estética y filosófica que la problematiza desde hace casi un siglo.

¿Pero qué relevancia tiene en el ecosistema digital del presente el discurso de la crítica? "La actitud crítica se hizo popular, se volvió una parte integral de la cultura contemporánea. Es difícil criticar a la cultura contemporánea porque ya es de por sí crítica", responde en esta entrevista Groys, cuyos ensayos reunidos en Volverse público (Caja Negra, 2014) acaban de publicarse en Buenos Aires.

Entre los asuntos primordiales del trabajo de Groys, uno es el de las condiciones de libertad creativa e individual para producir arte.

–En un contexto donde la tecnología no es ajena a los mecanismos de vigilancia, ¿cómo se concilia la libertad de las personas en Internet con la omnipresencia de algoritmos midiendo y calculando beneficios a partir de todas sus conductas online?

ASIES 06 Publicación de Artes Visuales Varela Bs. As. Arg  por Ana Lindner / Calixto Saucedo

–La gente puede poner textos y fotos libremente en Internet, pero, sí, por supuesto, la gente también está vigilada por la mirada algorítmica, por lo que tienen que soportar las consecuencias de sus acciones libres.

–Considerando una “imaginación activa” y un “cuerpo pasivo” tal como funcionan en Internet, ¿cuál sería el género más apropiado para la “cultura narrativa” actual?

–Las combinaciones de fotos, videos y textos se parecen al arte conceptual de los años setenta.

– ¿Qué permanece invisible al pensamiento, dominado por el trabajo de Walter Benjamín, a la hora de pensar la nueva tecnología del presente?

–Walter Benjamin analizó el proceso de reproducción a partir de su ausencia de un "aquí y ahora". Para él la reproducción hacía de un texto o una imagen algo que no se podía rastrear. Pero Internet vuelve rastreables los procesos de reproducción digital, como así también el consumo individual de textos e imágenes. Es algo radicalmente nuevo, algo que Benjamin no pudo prever. Eso significa también que ahora nosotros ya no tenemos una "cultura de masas" anónima e impersonal. Internet y nuestra cultura en general (incluyendo la publicidad) se volvió personalizada. Y el espacio público como tal se volvió fragmentado y personalizado.

-¿Qué diferencia hay entre la “experiencia digital” entre los países occidentales y otros como Rusia o China?

–No veo una gran diferencia con Rusia. Tal vez ahí internet esté más politizada porque hay menos censura que en los medios no digitales. Desconozco la situación en China.

–Usted describe Internet como el mundo del ocaso del siglo XIX, en camino hacia los conflictos que llevaron a la Gran Guerra. ¿Cuál es el factor determinante en ese escenario?

–Bueno, no hablo sobre Internet específicamente sino sobre la cultura contemporánea en general. Libre mercado, globalización, culto a la celebridad, terrorismo, aburrimiento, el sentimiento de que la cultura está acabada, todos los fenómenos del fin de siècle del siglo XIX. Sabemos que necesitábamos una guerra en aquel momento para comenzar las cosas de nuevo.

*Stracto Tiempo Argentino, 23 de Noviembre de 2014.

Volverse público, de Boris Groys

Artistas reales y artistas virtuales, categorías difusas en la era digital* 

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