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WALTER BROVIA Y LA ALQUIMIA INCLUSIVA           
                             Por Calixto Saucedo

 

Al principio hay una arquitectura interrumpida a cielo abierto, donde se desarrolla la acción “Sillas” de Walter Bravía; tres paredes bien altas sin techo, varias columnas metálicas, cabreadas oxidadas al sol, en una marcada retícula geométrica que soporta el paso del tiempo, todo ahí está a plomada, en perfecta simetría izquierda derecha, arriba abajo, menos las tres sillas anaranjadas, dos baldes negros de albañil, un pequeño espejo y el silencio inicial del performer.

 

Todo acto de quiromancia empieza en las palma de las manos, donde algunos dotados pueden leer los recorridos biográficos y también los trayectos colectivos de las personas, y es aquí donde Walter Brovia  arranca su acción anulando ese acto mágico, al colocarse en ambas manos unos guantes de protección, ¿será que para él estas situaciones sociales ya están leídas?, ya se conocen las políticas de omisión, y también como en lo cotidiano se disimula y tergiversan estas económicas excluyentes, sobre un mismo esquema de anulación cotidiana de igualdad de posibilidades.

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Visto así (cada mirada es un supuesto) W.B. continúa su performa a ritmo templado, meticuloso y de cierta tensión; en cada una de las sillas no hay nadie sentado, y aun así uno puede “ver” tres personas imaginarias, este dejavú pasa siempre que hay asientos vacíos, aluden a un ceremonial de conversaciones cuando las tres butacas están  dispuestas hacia adelante y las  personas  quedan

ASIES 06 Publicación de Artes Visuales Varela Bs. As. Arg  por Ana Lindner / Calixto Saucedo

Walter Brovia

como viajando, expectantes mientras dialogan entre sí, y  uno cree ver al menos dos de ellas, la otra persona hace un buen rato que ya no está;  el espacio se aquieta más, el performer se pasea con una silla al hombro,pareciera que dialogara con ella; de golpe ambos caen lentamente al piso y allí quedan tiradas, figuras en horizontal: la cosa y lo humano, al tiempo el performer se pone vertical y altera su entorno, riega con agua por un lado y cascotes por el otro, en esa alquimia de la otredad aparece el  espejo, insustancial, enmarcando el

rostro de Walter Brovia y en ese reflejarse se multiplica la gratitud de lo humano. 

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El otro aparece con el rostro de uno mismo, y la copia facial en esa lata cromada, nos devuelve la escala del universo, la magnitud de la vida, y la síntesis de instantes en que decidimos compartimos con iguales, mostrando algo más que una sonrisa y que un gesto políticamente correcto, un intento de transmutar-se de verdad.

El último momento de la acción se realiza de espalda al público Walter Brovia frente al espejo se mimetiza consigo mismo: se mira sin ver, se conversa sin tocarse, sin saberse, sin pronunciar lo sabido; no hace falta, para que insistir con lo mismo, entonces de la nada se expande un ruido estremecedor con sonido de alarma, agudo, penetrante, clavado al sesgo de varias palabras contenidas, frases que quedaron sin decirse, ese silbato irritante las traslada en el aire, como un mensaje secreto a voces, como la marginalidad de no tener lo mínimo, la vida excluida en la verticalidad del soñante despierto, el performer atisbando lo etéreo, al otro invisibilizado, cosificado a repetición. W.B. camina despojado, en círculos alrededor del público, agotado se aleja mientras se quita los guantes y se escurre del cuadrante. Después de esta intensa experiencia de convivio y poíesis natural, sobrevuela la alquimia personal, esa necesidad de trasmutar el estado de las cosas, entre lo urgente y lo necesario.

Walter Brovia, “sillas”, 2°Encuentro de Performance, Perfomapeo UNSAM 09-11-2017.

“Cuerpos Marginados, Estados Suspendidos”, Universidad Nacional de San Martin

WALTER BROVIA Y LA ALQUIMIA INCLUSIVA  Por Calixto Saucedo

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