Evocación de la magia ancestral en las construcciones urbanas, afectadas por el paso inexorable del tiempo, que siguen albergando la presencia de los seres que las habitan, en un espacio marcado de ejercicio para la memoria, recuperando las huellas de la historia hecha forma y materia permite visualizar la cosmovisión mapuche: el Sol-ANTÜ- la Luna -KÜLLEM- la mujer y el hombre, el anciano y el niño, y así sucesivamente se van uniendo los demás elementos de la MAPU (Tierra).

No hay silencios en los espacios repletos de energía cósmica, sus manos en posición de ofrenda, sus miradas anuncian esperanza, sus bocas gritan por un mundo mejor.

Alapinta despliega sus colores  responsabilidad y compromiso con su pasado ancestral en  un vuelo mágico nos regala libertad.

Por Ana Lindner, Julio 2014