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Patricia Pagnone Laven~Lin Laven: artista visual, San Luis, Argentina

A.L-  ¿Qué significa ser mujer muralista?

L.L- Ser muralista de por sí ya me parece maravilloso, y ser mujer muralista me divierte muchísimo. El muralismo es una disciplina dura porque uno está expuesto a todas las inclemencias, a jornadas exhaustivas de trabajo donde a veces se sufre deshidratación, a jornadas de mucho calor o frío, etc, además dependiendo la técnica que uno emplee, necesita trabajar con materiales, herramientas y técnicas escultóricas además de andar subiendo y bajando escaleras o andamios, por lo que bajo esas circunstancias, podría considerarse una disciplina más apta para el hombre, pero ser mujer muralista y participar activamente de encuentros aportando desde mi lugar, me significa estar en igualdad de oportunidades, ya que en estos tiempos de cambio que estamos transitando, se nos ofrece la posibilidad de equilibrar la polaridad que ha atravesado la humanidad durante tantos milenios, por ello hacer del muralismo una disciplina mixta, me parece muy significativo para complementar la visión masculina y femenina de esta rama artística.

A.L-  ¿Muralismo es lo mismo que arte público?

L.L- No es exactamente lo mismo. Si tenemos que remitirnos a categorías estéticas contemporáneas, podemos mencionar dos grandes ramas, el arte urbano y el arte público. El muralismo se encuentra dentro del arte público, es una de sus expresiones. Sin embargo, visto desde la historia, el muralismo es anterior al concepto de arte público y nos remonta al Movimiento Muralista Mexicano de los años 20, ya que antes de éste no se hablaba de muralismo,  sino  de  arte  decorativo  o  arte  mural.

El  concepto  de arte  público  surge  entre  los  60  y 

ASIES 04 Publicación de Artes Visuales, Varela Argentina. Por Ana Lindner/Calixto Saucedo.

"CANTO AL RENACER LATINOAMERICANO", (2014), ESMALTE SINTÉTICO AL AGUA SOBRE PANEL DE MDF, 2,60 X 1,83M, CARLOS PELLEGRINI, SANTA FE, ARGENTINA.

los 70 cuando comenzó a haber una gran proliferación de movimientos artísticos como el Land Art y otras expresiones que se manifestaron en espacios públicos, en oposición a los museos y galerías, por ello, en la actualidad se consensuó incorporar a la categoría de arte público al muralismo, ya que fue una de las primeras expresiones artísticas que concibió un arte para el pueblo en contraste al arte de los museos.

A.L-  ¿Por qué consideras que es importante el arte en la calle?

L.L- El arte en la calle es sumamente necesario; aporta a la evolución de las sociedades porque hace pensar, porque cuestiona o brinda otra visión alternativa a un conflicto que se puede estar viviendo en un barrio, en una comunidad o en una sociedad. Eso es lo más maravilloso de tener arte en la calle, además de transformar y revalorizar un espacio mediante la incorporación de color,  otorgando así, vida a un sitio que quizás antes pasaba desapercibido. Por  otro  lado,  apela  a  la   sensibilidad   de   la  gente.

A.L-  ¿Es importante el boceto previo?

L.L- En lo personal, considero que el boceto es fundamental, ya que el muralista trabaja para un sitio específico en el cual tiene que incorporar la pintura a la arquitectura y al entorno de manera armónica. El boceto por tanto, nos permite aproximarnos a la mejor resolución posible de ese espacio y además nos permite ahorrar tiempo de realización.

A.L-  ¿A la hora de realizar el boceto, qué tenés en cuenta?

L.L- En primer lugar las medidas y el espacio en el cual estará emplazado el mural, luego la temática, para que las figuras y la composición que comience a pensar, refieran a ésta. Resuelto el dibujo, analizo si son correctos los pesos compositivos y luego comienzo a policromar.

A.L-  ¿Cómo reaccionan los vecinos del lugar cuando están pintando?

L.L- Esa es la parte más maravillosa y mágica de hacer arte en espacios públicos. La recepción de los vecinos siempre ha sido estupenda. A la gente le gusta ver murales, sobre todo le gusta ver color e imágenes alentadoras que refieran a que una sociedad sana, justa, honesta, pacífica y armónica es posible. Después de tres días de trabajo intenso, te comienzan a admirar la técnica, “el talento” y el esfuerzo. Ya para los días finales estamos todos enamorados; compartimos más mates, más charlas, nos abrazamos, la gente te pide permiso para participar en la realización del mural y todos comenzamos a vibrar más alto. En ciudades relativamente pequeñas donde por varios años consecutivos se han hecho Encuentros de Muralismo como en Cosquin o Carlos Pellegrini (Sta. Fe), la llegada de los muralistas es todo un acontecimiento y la recepción de la gente es maravillosa, además la gente tiene otra consciencia, otra educación y las obras murales en general se preservan muy bien.

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